¿Por qué es recomendable la seguridad privada?

Dados los altos índices de violencia, contratar seguridad privada en CDMX ha dejado de ser un lujo para convertirse en una necesidad. Es importante entender qué tareas realiza un escolta y cómo elegir al mejor proveedor de este servicio. 

Los servicios de seguridad privada son necesarios para todas las personas que transitan por lugares de riesgo, incluidos los altos dirigentes empresariales, los políticos y los famosos en su vida cotidiana, así como el personal encargado del transporte de bienes. 

Estos servicios son llevados a cabo de diversas formas por agentes altamente cualificados con el objetivo general de proteger la integridad de los contratantes.

Además de protección, disponer de seguridad privada tiene otras ventajas:

  • Tranquilidad. Podrá centrarse en sus tareas profesionales habituales cuando sepa que usted y los suyos están protegidos a cualquier hora del día, durante un evento concreto o un traslado, ya sea por su propia seguridad o por la de los miembros de su familia o de su personal.
  • Evitar que se produzcan peligros. Evitar una situación desfavorable es el principal objetivo de un escolta privado. Su principal responsabilidad es determinar si el lugar o la circunstancia en que se encontrará su protegido entraña algún riesgo o peligro.
  • Ayuda continua. A un vigilante de seguridad personal se le enseñará a reaccionar correcta y rápidamente, protegiendo la integridad de la persona a su cargo, ya sea para la recepción y examen de envíos o para situaciones médicas.

Su valor reside en la contratación y capacitación

Si desea contratar un servicio de seguridad privada, se sentirá más tranquilo sabiendo que los guardaespaldas y escoltas son elegidos por las empresas de seguridad tras una minuciosa comprobación de sus antecedentes y una evaluación psicológica, y que, como parte de su formación, aprenden a comportarse en entornos sociales de lujo sin dejar de ser discretos y educados. También es habitual que sean bilingües.

No es necesario que tengan experiencia militar o policial, aunque es preferible debido al adiestramiento y la disciplina que se aprenden en tales actividades. Tampoco es necesario que sean especialmente corpulentos físicamente, ya que eso les haría llamar más la atención.

Dado que un escolta no está entrenado para atacar sino para responder y defenderse, la discreción y el autocontrol son esenciales cuando el contratante no quiere que su presencia sea muy llamativa.

¿Cómo se puede contratar a un guardaespaldas?

En primer lugar, hay que disipar el mito de que un escolta es una persona que agrediría a la gente por orden suya. Eso iría contra la ley y le apartaría de su tarea de defenderle.

Debe elegir una empresa especializada y de confianza que pueda mostrarle pruebas de sus acreditaciones, confirmarle que todos sus empleados son ciudadanos respetuosos con la ley y facilitarle información sobre sus perfiles psicológicos.

Puede contratarlos de forma permanente, en cuyo caso los guardias de seguridad pasan a formar parte de su círculo íntimo, o puede contratarlos para determinadas ocasiones o periodos de tiempo, como para traslados de valores o viajes a ciudades o naciones de alto riesgo.

No es extraño que la empresa a la que acuda quiera conocer información en profundidad sobre sus operaciones, ya que es su método para evaluar su perfil de riesgo y el entorno en el que opera con el fin de ofrecerle los mejores candidatos para sus necesidades.

El plan de seguridad, el número de agentes propuestos, la formación e incluso el género de los escoltas que le ofrezcan dependerán de si la protección es para una o varias personas, de si hay niños de por medio y de si alguna de las personas protegidas padece alguna enfermedad preexistente.

Puede ser necesario que haya más de dos guardaespaldas, sobre todo si hay niños de por medio. También puede ser mejor que sean mujeres para que la persona protegida, sobre todo en el caso de los niños, se sienta más a gusto.

Las justificaciones para contratar a un guardaespaldas son obvias; cómo hacerlo depende de sus necesidades. Sin embargo, siempre debe asegurarse de que la persona tenga buena reputación y esté bien formada, y eso sólo se consigue acudiendo a una empresa con experiencia y una sólida reputación.